Cuando
no escribo me siento
como
lapida blanca,
terreno baldío,
ausencia
de emoción
carencia
y olvido.
Si
no le doy potencia a la palabra,
se
torna en sucio polvo
que
se arranca con la amnesia,
se
vuelve impalpable y perenne
no
deja trazo ni materia.
La
palabra en mi es la vida
que
construye, crece y nace
desde
las hondas tierras humanas
hacia
las alturas de la memoria,
eterno entramado de recuerdos
con
la sonrisa o lagrima divergente
todo es al final un eterno cuento
fugaces matices de luces...
No hay comentarios:
Publicar un comentario