Encendiste una llama en mi pecho como nadie,
me rindo ante tu querer que irradie
cual almíbar de una flor extraído
mi inocente espíritu esta tendido
ya vertió su sangre...¿Qué podre entregarte
ya de nuevo, de puro? ¿Qué podré entregarte?
ya mi pámpano, seco, reseco...ve a buscar
una nívea princesa para amar.
El no merecía, esta claro, pero la vida
todavía no me susurraba que podía ser mentida
el mas profundo baile de amor, lo más falso
el cuento mas dulce y el besar más afanoso.
Hoy todo esta hecho. He mentido yo también
mis ventanas, mi boca, mis marfiles recién.
Quizás, alguien lo sabe, si una cálida gota
me torno la culpabilidad en derrota.
Interprétame de algún modo, porque puede ser que
con mi recia voluntad, tan buena, pasiva contraataque
tu eres muy valorable y el no valió un peso,
a ti te adoro tanto como a él lo desprecio,
por lo tanto por igual a los amores no se ama
¡Y por este gran idilio, mejor decido irme a las
andanzas!