Estructuración
del Amor – Petrarca
En el presente ensayo, se abordara la
siguiente temática, Estructura y arquetipo del amor, representado por el lírico
y humanista italiano Francesco Petrarca, nacido en 1304 en la ciudad de Arezzo.
El
mito ha contado a través de los siglos acerca de que el poeta Petrarca un día
viernes santo, mas certeramente un 6 de abril de 1327, divisó por primera vez a
una mujer llamada Laura en la ciudad de Avignon, esta mujer es la que lo prenda
de un singular tipo de amor, el cual utilizara a futuro en la máxima idealización
de la imagen de Laura (donna angelicata) en su obra literaria
Su obra más importante fue el “Cancionero”, publicado primeramente con
el nombre de “Rime in vita e Rime in
morte de Madonna Laura”
El soneto número XII del presente Cancionero, es mostrada la excelsa
manera en la que el poeta Petrarca hace mención a su amor, el cual se evidencia
lleno de sufrimiento al saberse destinado a jamás ser correspondido por su
bella dama. En este caso, este soneto pertenece al
conjunto dedicado a Laura ya fallecida, lo cual no le es impedimento para aun
clamar por la correspondencia de su amor aunque sea después de la muerte.
…”y
aunque la edad me impida conseguiros,
que
llegue al menos a la angustia mía
un
socorro de ya tardos suspiros”.[1]
Petrarca antes que poeta es hombre que
profesa el cristianismo, muy devoto hacia la imagen divina, por lo tanto es
indudable que su expresión del amor iba a explicitarse de modo superior, no le
era posible amar de otra manera que no fuera de una forma humillada, casi
clamando por piedad y misericordia porque su amor fuera correspondido algún día
por aquella mujer que lo flechó, como se hace alusión en otro de sus sonetos
(III). Nótese que al referirse al
“amor”, lo expone escrito con letra mayúscula, con esto, lo evidencia como una
entidad con poder propio, él le muestra respeto y sumisión.
…”al
fin me dará Amor tanta osadía
que
podré de mis penas descubriros
cuáles
fueron el año y hora y día…”[2]
Es
posible comparar la devoción de su amor por Laura de la misma manera que un
cristiano pide clemencia a Dios esperando recibir respuesta pronta y que éste
algún día lo mire de forma piadosa y dispuesta a darle consuelo.
Finalmente, el poeta tras la muerte de su
musa Laura, este la transforma en un ángel (donna angelicata) intercesora a Dios por él para que
esta pudiera purificar el amor profano en divino. Se
puede concluir, que Petrarca siempre tuvo temor acerca de la forma que
manifestaba la exaltación de amor a Laura, ya que esta podría haber sido
encasillada dentro de lo considerado herejía y por lo tanto, llegar ser
perseguido por la Inquisición de la época.