Mi
piel aún conserva tus huellas,
te
pienso y mi pecho se hunde,
tus
latidos se oyen en mí,
atroz
estridencia escandalosa.
Creí
haberte olvidado,
pero
solo te habías ido a pasear
hace
unas noches has retornado
y me
has vuelto a volcar a tus huesos.
Te
recuerdo con necesidad de redención
te
me apareces y haces florecer más palabras
mi
boca se torna roja fresa susurrante
que
anhela ensangrentar tus cabellos...